Banca & FinTech

Deuda de las empresas y hogares caen pero la autoridad monetaria aún vislumbra riesgos, en especial para las familias más vulnerables

El ente rector destaca que los niveles de morosidad se han reducido entre los hogares ante la mayor liquidez.

Por: Vicente Vera V. | Publicado: Miércoles 5 de mayo de 2021 a las 12:05 hrs.
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De acuerdo a los datos expuestos por el Informe de Estabilidad Financiera del Banco Central, las empresas y los hogares chilenos mostraron una disminución de sus niveles de deuda. Desde la versión anterior (último semestre de 2020) a la fecha, se reporta que "la economía ha transitado hacia una fase de recuperación, con medidas de apoyo que se han ido ampliando y/o adecuando".

No obstante, matiza que "persiste una elevada incertidumbre, ligada especialmente a la evolución de la pandemia".

En lo que respecta a las empresas, el ente rector indica que durante el último trimestre del 2020, la deuda total de las empresas chilenas se redujo. El nivel alcanzó 125% del PIB, equivalente a una disminución de 9 puntos porcentuales respecto del segundo trimestre del año anterior. Esta desaceleración ubicó al endeudamiento en un nivel algo por encima de lo visto a fines del 2019.

En lo que respecta a las empresas que reportan a la Comisión para el Mercado Financiero, se evidencia que hacia el cierre del año pasado, se redujo la intensidad de las emisiones y el uso de fondeo bancario por menores necesidades de inversión y una mayor liquidez.

En línea con este último punto, se destaca que las empresas registran una importante acumulación de liquidez, por mayor acceso a financiamiento en el primer, segundo y tercer trimestre de 2020, mayores ventas, y menores gastos hacia fines de año.

En lo que va de 2021, las empresas que informan CMF evidencian una caída en el uso de créditos bancarios debido al pago y menor uso de este tipo de deuda.

Con este escenario de mayor liquidez, el Central asegura que "aumentó la proporción de empresas que podrían solventar sus gastos sin contar con ingresos".

Argumenta que esta situación está explicada "a la mayor proporción de efectivo que mantienen las firmas reportantes, así como al mayor flujo de caja impulsado por un mejor resultado operacional en la segunda mitad del 2020".

Asimismo, los resultados del Central "indican que al cierre del 2020 las empresas en general podrían solventar sus gastos por un mayor número de meses respecto de la situación que mostraban en el IEF anterior".

En lo que respecta a las empresas con acceso a la banca, "han mantenido contenidos sus niveles de impago y ha moderado su apalancamiento desde mediados del 2020, de la mano de una recuperación de las ventas y medidas de apoyo que continúan operando".

Para este grupo de firmas, se han apalancado a los programas Fogape que han alcanzado colocaciones por US$ 14 mil millones.

Las empresas medianas que se financió con este tipo de crédito, triplicó su apalancamiento entre enero y junio del año pasado, la recuperación en las ventas vista desde el segundo semestre ha revertido la mitad de este aumento.

De cara al escenario de recuperación económica que se proyecta para este año, "se espera que las firmas continúen afianzando su posición financiera. Sin embargo, persiste la incertidumbre respecto de la evolución de la pandemia y el ritmo de la actividad económica".

La situación de los hogares

El panorama en los hogares de Chile también mejora respecto al último Informe: "Han mostrado una mejora en liquidez y suficiencia de ingresos, producto de los retiros de ahorros previsionales y la mayor cobertura de los programas de apoyo, aunque con un deterioro de su posición financiera", se sostiene.

Las restricciones sanitarias para atenuar la pandemia han llevado a la baja la demanda por créditos de consumo por la mayor liquidez y menor consumo por motivo precautorio. Esto se refleja con una disminución superior a 12% real anual de la deuda no hipotecaria al cierre del primer trimestre.

Se recalca que la mayor liquidez producto de los retiros de ahorros previsionales y transferencias fiscales, junto a una menor oferta y demanda de crédito, ha redundado en una moderación en el endeudamiento de los hogares, el cual se ubica en torno a 50% del PIB al primer trimestre de este año. 

Por su parte, el Central menciona que la deuda hipotecaria bancaria ha seguido mostrando una expansión positiva, aunque con un menor ritmo respecto del periodo previo a la pandemia.

El punto de alerta viene sobre la situación de los hogares más vulnerables del país. Durante la pandemia entre 50 y 60% de los hogares han visto reducidos sus ingresos, con mayor magnitud en los primeros quintiles.

De cara a ello, el ente rector sostiene que es importante poner foco en recuperar la fuerza laboral para apoyar los ingresos permanentes de las familias ya que hasta el momento cerca de 700 mil personas no han encontrado trabajo.

"Esto plantea desafíos hacia adelante en la etapa de recuperación, toda vez que las holguras se han reducido y por tanto es menor el espacio para enfrentar nuevos shocks o una reactivación más lenta que lo esperado", comenta.

Un efecto negativo es que la crisis elevó los indicadores habituales de apalancamiento y servicio de deuda sobre ingreso de los hogares debido a la caída de éstos.

Para los deudores asalariados que están en la banca, la mayor deuda sobre ingresos se debió a la reducción de los segundos y el efecto de menor amortización de obligaciones entre quienes han reprogramado. Así, para el deudor bancario mediano esta razón aumentó desde 5,5 a 6 veces el ingreso entre enero y junio del año pasado.

Un aspecto que se destaca es que "los diversos programas de apoyo implementados han sido ampliamente utilizados por los hogares y son instrumentales para amortiguar el shock negativo y contener potenciales episodios de impago".

Durante la pandemia, el Central observó que la brecha de impago entre géneros se ha estrechado por una mayor reducción del incumplimiento entre hombres. Cabe recordar que históricamente las mujeres han mostrado mejor comportamiento de pago y menor morosidad que los hombres.

Los riesgos que vislumbra el ente rector para las familias chilenas son "una prolongación de la emergencia sanitaria y el consiguiente retraso en la recuperación económica y del mercado del trabajo".

Condiciones hipotecarias

El ente emisor menciona que las condiciones de financiamiento "continúan favorables, con menores restricciones al otorgamiento de crédito hipotecario y tasas de interés que se acercan a los niveles de septiembre 2019".

Muestra de ello es que por ejemplo la participación de los deudores con más de un crédito hipotecario se ha mantenido en los últimos años, ubicándose cercana a 30% del stock de deuda bancaria al primer trimestre de 2021. 

Mientras que el mercado de arriendo presenta una leve recuperación. Se explica que "los precios de arriendo de casas presentan una reversión al alza, en un contexto de menores tasas de avisaje, lo cual se ha manifestado de forma transversal en las comunas. Esta reversión podría estar impulsada por la búsqueda de mayores espacios producto de la pandemia". 

Mientras que la rentabilidad bruta de la estrategia de comprar para arrendar se ha mantenido por debajo del 5% real anual. ¿La razón? La caída de precios de arriendo observada durante la primera mitad del año 2020.

Esta rentabilidad, alcanzó los menores niveles desde el 2012 y la disminución en los últimos años coincide con un periodo de caídas en las tasas de colocación y una reducción generalizada en la rentabilidad de distintas clases de activos. 

El informe además resalta que las medidas tales como el programa de protección al empleo, la flexibilización de la normativa para reprogramar créditos en cuotas, y la postergación de pagos, "han contribuido a contener el impago y aliviar presiones sobre aquellos deudores que dependen del arriendo para servir su deuda". 

No obstante, advierte que "el término gradual de parte de estas políticas y una lenta recuperación del mercado del arriendo reduciría la capacidad de pago de estos deudores". 

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